El popular ejido de Paraíso ubicado a escasos metros de la cabecera municipal de Champotòn ha perdido por completo la tradición de celebrar el “martes de pintadera” y las corridas de toros petates en las que solían divertirse personas de todas las edades.
Las botellas de pintura artificial no podían faltar, todos sabían
que el que saliera a la calle corría el riesgo de ser manchado, los niños recorrían
todo el ejido para que los pariseños pudieran saludar al toro, después se iban
a la plaza principal “Ángel Castillo Lanz” para poder participar en el
concurso, finalmente como la creencia lo marcaba el toro
era arrojado al rio para que se fuera todo lo malo y posteriormente en la noche
se realizaba la quema de Juan Carnaval en el parque principal de Paraíso.
Hoy esta tradición es parte de la historia ya que desde hace algunos años se ha perdido de forma completa, los niños no quieren participar y los padres tampoco, simplemente ha quedado en el olvido y desinterés de los pariseños. Los martes de pintadera pasan desapercibidos, sin pena ni gloria.
Actualmente la única tradición vigente de este poblado, famoso por la venta de su “camaroncito”, es la celebración del día de la Santa Cruz que se festeja cada tres de mayo y en donde el palo encebado y la danza a la cabeza de cochino forma parte de la celebración.
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