Limpia de huesos, encuentro entre vivos y muertos.

Por: Yair Rodriguez

Pomuch, Hecelchakán.

El poblado de Pomuch se encuentra ubicado a tan solo dos horas del municipio de Champotón y una hora de la capital del Estado, es conocido a nivel nacional e internacional por su peculiar forma de recibir las animas de quienes se nos adelantaron en el camino.

Los días finales del mes de octubre y los iniciales de noviembre son los mas esperados por los habitantes de este poblado, pues es cuando pueden abrir los osarios con delicadeza, sacar los huesos del difunto, mirarlos al borde de derramar una lagrima y proceder a su limpieza hasta que estos queden completamente blancos.

La exhumación de los cuerpos es una tradición milenaria en Pomuch, es por esto que sin el menor tabú, los huesos son limpiados sin protección alguna, este rito milenario ha trascendido por generaciones y aún se resiste a morir, ya que es una de las pocas tradiciones que se encuentran arraigadas.

Para que un cadaver pueda ser exhumado es necesario que tenga mas de tres años de fallecido, luego de la limpieza de huesos, estos son envueltos en mantas bordadas a mano, mantas que son decoradas de acuerdo a la personalidad del difunto. Los bordados son principalmente de
flores de punto de cruz o
simplemente llevan las iniciales del occiso y cuando se trata de los niños se bordan figuras infantiles.

El desentierro según pobladores sirve para que sus "muertitos" puedan ver nuevamente la luz del sol o para darse un nuevo aire.

Una vez que los restos se encuentran limpios, se envuelven en la manta y son regresado al osario, y así es como los pobladores se sienten satisfechos por un año mas de haber cumplido con sus seres queridos.

Ademas de esta singular limpia, el pueblo de Pomuch es conocido por la elaboración del pan de mismo nombre "pan de Pomuch" y el pan de pichón, Aunado a la gentileza y amabilidad de los oriundos de la comunidad.

Fotos: Ezequiel Tuz.